Ephemeral vs. Perpetual

Esta nota resulta interesante para quienes seguimos la evolución de ese fenómeno comunicacional de hoy mejor conocido como “social networking”, o redes sociales -por internet claro- (aunque pocos recuerden que ya había toda una ciencia antropológica al respecto desde principios del siglo XX), y sobre todo, para quienes encuentran interesante el poder de estas tecnologías como herramienta de convocatoria, opinión, denuncia, y hasta de emancipación social, ideologica y cultural. Y por ende también política (si creen que exagero recuerden lo que pasó en Egipto en 2011).

Aquí se habla específicamente sobre las dos principales tendencias en la forma de hacer plataformas de comunicación a base de mensajes de texto: la efimera y la perpetua. La perpetua, con redes sociales como Facebook o Twitter (donde hay un historial de todo lo que se escribe), y la -más reciente- efímera, con plataformas como Snapchat, que aunque a muchos nos parecerá absurda por ser una red donde los mensajes desaparacen después de pocos segundos, tiene la pequeña particularidad de que es la favorita de los jóvenes (más de 30 millones de mensajes al día), y eso no es decir poco tomando en cuenta la participación de este segmento en la viralización de ideas y contenidos por internet.

Pero el meollo del asunto no tiene que ver con lo “inútil” que aparenta ser una red cuyo contenido desparece inmediatamente, dejando a internet (esa “gran biblioteca”, como muchos lo percibimos) sin ninguna aportación real, duradera ni de utilidad para otros. Si sólo fuera ese el problema, a nadie le importaria que existiera semejante sandez.

Tampoco son los muchos aspectos de seguridad y responsabilidad que muchas personas han planteado en torno a ello: que si se presta para lo irreverente, para lo malicioso, o lo privado (por no decir “sexoso”). No, no es que “combinar cámaras, jóvenes y mensajes secretos autodestructivos solo puede traer problemas”, como aseguró Farhad Manjoo de Slate en unas declaraciones que recoge CNN Español.

El meollo del asunto, como bien lo apunta esta nota tiene que ver con la cuestión del anonimato, pues en una red como Snapchat la persona que manda los mensajes no tiene un perfil de usuario y si lo tiene, no está obligado a tenerlo con sus datos reales. Lo que es como decir que puede “aventar la pedrada y esconder la mano”.

Esta es la perspectiva que vale más la pena rescatar en este tema. Y no por la parte del “peligro” que esto puede ser, sino más bien por la falta de control de usuarios -y por ende, de minería de datos- que esto implica.

Así que en el fondo del debate todo se reduce -nuevamente- a una cuestión de control. Y de negocio. Y si existen compañías tan grandes como Facebook que han ofrecido sumas millonarias para comprarlo, no creo que sea para otra cosa más que para desaparecerlo, por el negocio que les quita.

El dinero amigos, siempre el maldito dinero. Ya ni siquiera deberíamos sorprendernos…

If you are following the battle of the short messaging systems, you might think it is a one-dimensional contest between the systems that maintain your chat history for all time – like Twitter and Facebook – and the so-called disappearing messengers – like Snapchat – where messages vanish after being read.

Each new application stakes out a place somewhere along this timeline between zero and infinity. Chat systems rush to add ephemeral features, and email systems for the enterprise add more features around mail expiration dates and “information lifecycle management.” The question remains whether retention time is the real issue here.

Most of the supposed uses for disappearing communication are prurient at best. Snapchat’s popularity is based on the appeal among teens to share illicit photos that they don’t want to get caught sharing. Mark Cuban famously funded CyberDust after the SEC scoured his social media records looking for signs of insider trading…

http://tcrn.ch/1gQb2oy

Ephemeral vs. Perpetual

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