¿El feminismo ha muerto?

Si no han acabado de entender porqué el asunto de Johnny Depp VS Amber Heard fue la comidilla de los medios y uno de los principales temas de conversación en todo el mundo durante las últimas semanas, aquí hay una buena oportunidad para hacerlo.

Sí, obviamente es un circo mediático, donde como suele, es en gran medida el morbo y hasta el amarillismo lo que hace que se vendan y consuman este tipo de noticias, porque en ellas se ventilan asunto privados de la vida de personas con un perfil público, como son los actores y artistas de la industria del espectáculo.

Pero en este caso, había algo mucho más simbólico detrás. No era solo el chisme, sino que había una gran “identificación” – tanto de hombres como de mujeres- con todo el asunto.

Basta ver la cantidad de memes que salieron por ahí, donde se celebra la victoria de Johnny Depp como si este fuera un triunfo “para todos lo hombres”, lo que deja más que claro que para la gente esto está vinculado con una temática mucho mayor, y de mucho más impacto social, como es el actual debate sobre la lucha contra la violencia de género en prácticamente todo el mundo.

Pero quizás yo no lo explico también como el YouTuber, músico, productor, actor, guionista, conductor e influencer argentino Emmanuel @Danann, en este video reciente de él, que les comparto y que es lo que me animó a escribir en este posteo y sobre este tema.

https://bit.ly/3MG62RP

La primera mitad de este video es espectacular y todo mundo debería escucharla y razonarla. Lástima de los comentarios de homofóbicos y “gordo-fóbicos” de la segunda mitad…
(”pocrescofóbicos”, si quieren más correctos)

Soy muy, pero muy fan de @Danann, de lo que hace y cómo piensa. Algunos de sus proyectos me parecen no solo grandes muestras de creatividad e ingenio sumamente divertidos, sino también verdaderos ejercicios de reflexión, análisis y crítica social (como todos sus doblajes de los “Super Amigues” que ya son memes de la cultura digital de Argentina y otros países latinos).

Pero igualmente hay que decir lo evidentemente fallido de este video, y esto es:No! Jamás vas a poder abolir un discurso de odio con otro discurso de odio (es decir, con insultos).

Y no, no defiendo a ninguno de los activistas y políticos criticados (soy de México, así que apenas ubico quienes son esas personalidades de la vida publica de su país), ni defiendo ningún discurso o postura política. Tampoco soy homosexual, ni obeso (ni mujer, claramente)… así que esto no me ofende de ninguna manera en lo personal.

Pero si hablamos de mis propios motivos para escribir esto, les puedo decir que sí soy padre y víctima de violencia de género (maltrato psicológico, obstrucción y alienación parental por 7 años), y por eso me interesa tanto abogar en estos temas y ayudar a la gente a entenderlos y a saber combatirlos.

Con todo y esto, igualmente reconozco al feminismo como un movimiento social y político real, con elementos muy valiosos que también han sido importantes y hasta necesarios en el desarrollo y mejora del tejido social en diversos lugares y momentos históricos, y que más allá de algunas facetas débiles, superfluas o engañosas recientes de este, como el fenómeno #MeToo y las falsas acusaciones (para crear empoderamiento a través de la empatía), y de los escándalos mediáticos como el del reciente juicio de Johnny Depp, el feminismo también ha contribuido muy positivamente en temas de desigualdad y justicia en violencia de género, ganando batallas muy importantes en este campo, con argumentos y replanteamientos muy objetivos y revolucionarios sobre lo que significa ser mujer, o ser hombre (tanto personal como socialmente), siempre con una perspectiva de derechos humanos, y en un escenario donde es tonto reducirlo a decir que todas las mujeres son víctimas y todos los hombres villanos, pues en ambos géneros y en cada uno de los “capítulos” de este movimiento social o a favor de estos temas ha habido siempre tanto héroes como detractores.

También hay que aceptar que el “feminismo” abarca ideologías muy amplias y diversas, que ha intentado aplicarse de igual manera y con las mismas soluciones y criterios (los pocos que se han conciliado) a muy diversas necesidades, problemáticas y situaciones, que ha luchado por muchos objetivos y temáticas, y que por lo mismo, se ha estudiado y agrupado en etapas y momentos históricos, que aun bajo el manto del mismo título, se deberían estudiar de forma casi separada e igualmente específica para cada uno, lo que sin duda ha contribuido en dividir el estudio de este movimiento en lo que bien llama Danann, “olas”:

– La primera ola, en la Europa del siglo XIX (cuando se acuñó el término “feminismo”), y cuyas luchas estaban relacionada principalmente con el derecho al voto.

– La segunda (la liberación femenina de los 60s en E.U., con temáticas de tinte más laboral (igualdad de género, condiciones de trabajo) y de libertades sexuales (aborto, matrimonio, divorcio).

– La tercera, a finales de este siglo y muy vinculada con la identidad de género y el movimiento LBGTTTI+.

– Y finalmente la llamada “cuarta ola”, que se debe decir, se dió ya entrados de lleno en la era del internet y de la globalidad mediática -lo que también la define y explica-, muy enfocada en la violencia de género y el acoso impune, incluso en sus formas verbales y hasta “digitales” (redes sociales, bulling, cyber acoso)… pero por desgracia esta oleada también se ha definido, en gran medida, por la politización, mediatización, comercialización y polarización de ideas radicales, manipulado ideológicamente a la gente -los más jóvenes, por desgracia- con fenómenos como el ya mencionado movimiento #MeToo.

Considero que una de las debilidades del feminismo en sus diversas etapas es que, precisamente por tener aspectos tan diversos, se ha querido impulsar desde todos lados y hacia todos lados, y dentro de un muégano de ideas, posturas, opiniones, debates e intereses, tan complejos y diversos como -muchas veces- mal entendidos de forma completa, esto le ha quitado claridad y fuerza tanto en sus definiciones y objetivos, como en su forma de defenderlo, ejercerlo y apoyarlo.

Por eso debo comentar aquí que, si hablamos de validez de argumentos, usemos también nosotros argumentos válidos, ¿de acuerdo?
Si no lo hacemos así, pase lo que pase, se diga lo que se diga, o “gane quien gane”, todo se queda igual, y todo se queda en una lucha eterna por intentar reemplazar lo que a cada quien no le favorece por lo que sí.
Una lucha que genera enfrentamiento, denuncia, a lo mejor también cambio, pero no evolución…

¿El feminismo ha muerto?
Quizás solo una de sus facetas, pero ni siquiera toda la cuarta ola, como Danann se atreve a afirmar. Hay otros aspectos aun muy vigentes y urgentes de resolución (como el caso de los feminicidios en México). Hay muchas cosas por las que aún vale la pena luchar. Y se seguirá luchando, sin duda.
¿Qué es lo que logró entonces el caso del juicio de Johnny Depp?
¿Qué aportó al tema para hacerlo evolucionar o cuál debe ser el aprendizaje positivo en todo esto?
La respuesta más concisa que he escuchado al respecto no la doy yo, ni la da el mismo Danann (él detonó muy bien la conversación), sino un usuario que comenta en la misma publicación de YouTube:

“Lo que Johnny logro es visibilizar la violencia de la mujer hacia el hombre, algo que se tenía como tabú. Le mostró al mundo algo que, como dijo el escritor Agustín Laje, las mujeres también pueden ser perversas, y hacer cosas perversas…“

https://youtu.be/cuy4D_ZsBfM

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