El dios energético

Ahora que cada vez son más los centros médicos en América y Europa, que como el Mayo Clinic en Florida, el Johns Hopkins en Washington y el NHS en Londres, han comenzado a permitir la terapia de Reiki dentro de sus servicios, y que gracias a regulaciones junto con la OMS esto también está ya es una realidad en México, creo que vale la pena entender un poco sobre lo que hay de verdad y lo que hay de mentira en esta práctica de medicina alternativa -o como le dicen ahora “complementaria”-, basada en la imposición de manos o el toque terapéutico (una especie de acupuntura sin agujas) para desde las palmas transferir una “energía universal” (o “”) hacia el paciente, y con esto curarlo emocional y físicamente.

Por desgracia, siento que hay mucho de ambas cosas (tanto de verdad, como de mentira).
Pero a ver, vamos por partes.

Comencemos por lo positivo…

Desde 1985, la OMS reconoce varios aspectos positivos en la practica del Reiki para la salud, junto con otras prácticas como Acupuntura, Ayurveda, Panchkarma, Tuina, Unani.
Todas estas prácticas supuestamente aportan beneficios tales como:

  • Estimula las fuerzas de regeneración internas y propias. Ayuda al sistema inmune.
  • Mejora las funciones metabólicas.
    (este es el que más quisera comprobar)
  • Reduce el estrés, la depresión y la falta de vitalidad.
  • Genera bienestar y mejora la autoestima.
  • Produce equilibrio y aumenta la claridad mental y la concentración.
  • Mejora los casos de insomnio e incita el sueño.
  • Equilibra la energía en el embarazo y el post-parto.
  • Es auxiliar en el tratamiento de migrañas, dolores menstruales, estreñimiento, bulimia y anorexia, entre otros.

Por ello, esta práctica ya forma parte del plan de Implementación de la Estrategia de MTC (Medicina Tradicional y Complementaria) de la OMS 2014-2023, ganando con esto la característica de ser una técnica “integrativa”.
Esta palabra va ser importante porque con ella ya se valida practicar el Reiki en Hospitales. Obviamente esto es cumpliendo un serie de estudios y normatividades que garanticen la integración sana: investigación, regulación de medicamentos y productos, bases de datos de evidencia clínica, etc.
Es decir, ya se esta formando una política y una regulación de forma organizada, ofreciendo un entorno controlado y seguro para su práctica.

Tenemos por ejemplo el caso del Hospital de Guadarrama, de Madrid (un país donde, de por sí, han sido muy renuentes a aceptar el Reiki). Ahí se publicó un artículo para dar a conocer el trabajo que se está llevando a cabo, a fin de contribuir a la difusión del conocimiento en esta área, así como sus beneficios:

“Se ha implantado la terapia Reiki de forma organizada, ofreciendo un entorno controlado y seguro. Es aplicada por profesionales de Enfermería entrenados, formando parte del plan de cuidados del paciente. Los resultados muestran una mejora sustancial de la ansiedad, la angustia, el miedo, la confortabilidad, el insomnio y el dolor. La implantación organizada de la terapia ha tenido un gran éxito y aceptación tanto por parte de los profesionales como de los pacientes.”

Viendo esto, podemos decir que en todo los aspectos psico-somáticos el beneficio es evidente.
Esto lo valida pero también lo limita. El Reiki no presenta contraindicaciones ni efectos secundarios, sin embargo es importante recordar siempre utilizarlo como complemento o terapia alternativa a otros tratamientos. Algunos maestros lo consideran como contraindicaciones el hecho de que no debería realizarse durante operaciones, tratamientos de implantes o ante fracturas óseas que no estén correctamente acomodadas antes por un traumatólogo.

Asimismo, se recomienda que el paciente se encuentre plenamente consciente durante la realización de la terapia, por lo que deberá abstenerse del consumo de drogas, fármacos que interfieran en el sueño o alcohol.

Por último, hay que aceptar que la deshumanización en la medicina y en los sistemas de salud de muchos países modernos es una realidad y un problema grave en la vida de todos los que tiene algún tipo de padecimiento (más aún si hablamos de gente de escasos recursos).
Pues como alguna vez lo reflexioné durante la pandemia, de nada te sirve conservar la salud si con ello pierdes tu humanidad.

En estas condiciones de inmoralidad, de falta de empatía, de automatización enajenada en los proceso de cuidado de cosas tan valiosas como la salud o la misma vida de las personas, me queda claro que prácticas como el Reiki con esa perspectiva holístico y que trata al ser humano como un todo, sin duda es com un oasis de frescura contra el corporativismo desértico de las instituciones de salud modernas (más aún las públicas), pues propone una vuelta a lo esencial y a lo personal que vale mucho la pena considerar en un mundo tan poco sensible.


Ahora vamos a lo negativo.
(que realmente no es negativo pero sí son cosas se deben aclarar)

Por desgracia también hay muchos mitos en esta práctica…

El léxico médico identifica a las causas posibles, probables o ciertas de una enfermedad con el término «etiología». Las causas de enfermedad pueden no ser muy claras para algunas enfermedades (por ejemplo, los desórdenes psiquiátricos), mientras que en otras, la relación causa-efecto es prácticamente innegable y evidente (como a menudo ocurre en las enfermedades infecciosas).

Comencemos por dejar claro que NO todos los males y enfermedades son de tipo psico-somático y por lo mismo no todas la soluciones, tratamientos y curas pueden emanar de este medio. Si bien múltiples enfermedades pueden tener síntomas inexplicados con un componente anímico, es importante recalcar que esto no es lo mismo que decir que todo malestar de salud tiene un aspecto psicológico, que sin duda lo tiene. Pero créeme, si tienes una enfermedad hereditaria (genética), congénitanutricionalmetabólicadegenerativaautoinmuneinflamatoriaendocrina, o mental (por decir algunas de todos los tipo de enfermedades que existen, lamento decirte que el Reiki te puede ayudar, te puede dar alivio y hacerte sentir mejor. Te puede dar incluso la “motivación” y hasta la “convicción” para que quieras curarte y que es lo primero que muchas veces se necesita para mejorar.
Pero por sí mismo no te va a curar de nada.

Tambien se habla mucho de que el Reiki no hace más que darnos una especie de efecto placebo, que si no conoces el término, explicado muy simplemente es una sustancia o un procedimiento que se utiliza como control en un ensayo clínico pero carece de una actividad específica objetiva contra la enfermedad o contra la condición en la que se emplea (por ejemplo un compuesto químico farmacológicamente inerte).
El placebo es capaz de provocar un efecto positivo a ciertos individuos enfermos, si estos no saben que están recibiendo una sustancia inerte (por ejemplo, agua, azúcar) y creen que es un medicamento. Esto se denomina efecto placebo y es debido a causas meramente psicológicas.
(los pacientes son convencidos que esto los está curando y aunque no lo haga, la idea les provoca alivio, calma, placer o algún otro tipo de bienestar).

Pero no me crean a mí. Aquí me encontré un buen artículo de la OSS (Oficina para la Ciencia y la Sociedad) de la Universidad de McGill, en Canadá (una de las más reconocidas a nivel mundial). Esta nota es la que me motivó a hacer este posteo, pues habla de forma bastante completa de esta medicina alternativa llamada inicialmente Usui Shiki Ryoho, y más conocida en occidente como Reiki, la técnica de “sanación pránica” creada en 1922 por un japonés que a los 57 años afirma haber ayunado durante 21 días y después tuvo una visión que lo llevó a crear este método…

Es difícil para mí tomar en serio estas “coreografías” de sanación energética desde un punto de vista científico. Y el problema es que Reiki y sus hijos no se contentan con permanecer dentro de los límites de la espiritualidad; se aventuran en territorio médico haciendo declaraciones sobre propiedades saludables y utilizando la literatura científica como arma.

Se han propuesto muchos mecanismos altamente teóricos para explicar cómo agitar las manos podría curar (lo siento, no curar, sino “ayudar al cuerpo a curarse a sí mismo”), pero ninguno de estos mecanismos tiene sentido científicamente. Algunos creen que el trauma se almacena en nuestras células y que el contacto terapéutico puede restaurar la comunicación entre las células (una afirmación que los biólogos celulares definitivamente desaprobarían). Otros dicen que el hierro en nuestra sangre crea un campo electromagnético a medida que circula y que esta aura puede manipularse. Finalmente, los tradicionalistas de Reiki simplemente afirman canalizar la energía divina de su dios…

Entre otros datos curiosos (y que a mí, la verdad me hacen dudar aún más de la veracidad de esto), les diré que:

1. La palabra “Reiki” es una combinación de dos palabras japonesas: “rei” (霊), que significa “sabiduría de Dios” o “el poder superior” y “ki” (気), que significa “energía de fuerza vital”, según el Centro Internacional de Entrenamiento Reiki.

2. Se enseña según la tradición japonesa del sensei (maestro), quien transmite el conocimiento a través de la “sintonía” (o Reiju), una ceremonia -o ritual- de iniciación que se cree que ayuda a abrir los canales de energía del estudiante, y que varía en sus símbolos y procedimientos según el lugar del mundo donde se aprenda: Japón, Tibet, India, América (a la que entró por Hawaii), Brasil, Cuba y Caribe, Europa o finalmente Australia.
Muchos de estos símbolos y procedimientos casi siempre derivan de conocimientos muy arcaicos, algunos de ellos ya muy poco vigentes (algunos -dicen- creados por seres de otros planos dimensionales).
Aquí va un ejemplo simple, vi un video de una sesión donde se ponen la manos encima del corazón para “conectar con la energía del amor” (cuando es evidente que esto de que los sentimientos nacen del corazón ya no es mas que un cliché de una creencia totalmente falsa). Algo similar a lo de los Chakras hindús, que como sabemos también es algo que tiene más de folclór y de misticismo que de ciencia y por ende muy poco confiable, médicamente hablando.

3. Se aprende en tres niveles. Los practicantes de primer nivel pueden practicar sobre sí mismos o sobre otros mediante un toque ligero; los practicantes de segundo grado pueden practicar la curación a distancia, y los practicantes de tercer grado o nivel de maestría pueden enseñar e iniciar a otros en Reiki y hacer cirugías astrales interestelares, donde por medio de una meditación se invoca a ciertos ángeles para sacar cúmulos de energía psíquica negativa o densa que hemos guardado en algún lugar del cuerpo debido a emociones reprimidas y limpiar el campo áurico, o lo que algunos llaman sinestesia emocional.
Pero sin duda hablar de esto nos saca del conocimiento médico y nos lleva por completo al terreno de la psicología (un disciplina científica) si no es que al de la parapsicología, otra pseudo-ciencia.

4. Se enfoca en aliviar síntomas, no atender los males desde su origen, lo que muchas veces esconde y hasta agrava enfermedades reales, no haciendo los estudios médicos correspondientes oportunamente, y solo “platicando” con el paciente y pensando que al pensar que “callando la alarma, ya se apagó el incendio”.
No ha podido ni se si algún día pueda -operando como lo hace ahora- validarse como una ciencia médica, por lo que se sigue considerando se por muchas instituciones de la salud solo como una forma de pseudo-terápia.

5. Por último y para quienes realmente creen en el rollo de lo energético (y en muchas otras cosas más), existen también casos de gente que asegura haber usado el Reiki de formas contraproducentes, causando mas daño que beneficios al manipular esos “canales” de energía indebidamente, y com consecuencia, empezando a ver u oir voces (demonios) o algún otro tipo de ataque o de desorden de tipo espiritual después de las sesiones.
(Les ayudaré diciendo que yo no creo tampoco en nada de esto, con lo que mantengo mi postura de que no encuentro en el Reiki ningún aspecto negativo)

Es evidente que la energía existe. Y es evidente también que el cuerpo humano y muchas otras formas de vida funcionan con energía eléctricaquímica, física (térmo-dinámica) y de otros tipos. Hasta ahí, es un hecho que la salud y la vida misma involucran “energías”, y que existen varias prácticas, muchas de ellas orientales (como la meditación o la musico-terapia) más que comprobadamente recomendables para saber “administrar”, “aprovechar” y con cierta experiencia adquirida, hasta “controlar” esas energía. Pero eso no te va convertir en un mago de la salud, y también por su puesto, es obvio que el “rei”, ese “dios energético” y el “Qí”, ese flujo de energía vital por medio del cual se supone que se canaliza la sanación en esta practica, son cosas cuya existencia jamás se ha podido probar científicamente.
Y no estoy “encerrado” en mi negación… si me equivoco en esto realmente quisiera ver o escuchar sus pruebas al respecto.

El espíritu humano es una de las conceptos más complejas y “resbaladizos” que el ser humano ha podio siquiera entender, definir y explicar. Se han escrito libros completos a través de toda la historia solo para definirlo sin llegar aun a ningún consenso. Mucho menos aún para hablar de cómo funciona y qué tipos de energías utiliza para sanarse.

La ciencia se centra en estudiar el mundo físico y los fenómenos naturales mediante la observación, la experimentación y el razonamiento basado en evidencia. La espiritualidad, por otro lado, a menudo se ocupa de cuestiones del espíritu humano, la conciencia y el reino metafísico, que no se miden ni se observan fácilmente de la misma manera que los fenómenos físicos. Si bien la ciencia puede explorar aspectos de la experiencia y la conciencia humanas, el concepto de “espíritu” a menudo queda fuera del alcance de la investigación científica debido a su naturaleza subjetiva y no empírica. Esto no significa que la ciencia descarte la importancia de las experiencias espirituales para los individuos y las comunidades, sino más bien que opera dentro de un marco de investigación diferente.

La ciencia moderna nunca usa la palabra espíritu. ¿Por qué? Debido al concepto de dualismo mente-cuerpo , la ciencia moderna no acepta el espíritu-cuerpo. En la ciencia moderna, el espíritu no es sino la comunicación entre las sinapsis y las células de nuestro cerebro. Entonces, en lugar de utilizar la palabra espíritu, los científicos prefieren utilizar el término “conciencia”.

Y este fenómeno es objeto de muchos estudios en neuro-ciencia, ciencia cognitiva, psicología, biología, inteligencia artificial y filosofía.

Digo, no es que uno pueda encontrar la respuesta a todo en el método científico. Pero sin duda este es uno de los logros de la humanidad que más ha ayudado a desmentir mitos e identificar mentiras, que ya ven que casi no se nos dan a los seres humanos ¿No lo creen?
(obvio lo digo sarcásticamente)

Si tú crees o hasta practicas algo de todo esto, créeme que la intención al escribir estos textos tan largos no es en absoluto destructiva. Al contrario, ojalá muy pronto salgamos de este oscurantismo en la inteligencia de nuestra especie, y encontremos todos las pruebas y certezas suficientes para estar todos seguros si estos saberes tan antiguos tienen algo de verdad, de valioso, o algo que rescatar de ellos para preservarlo, difundirlo y aplicarlo.
Ojalá muy pronto tengamos esa claridad suficiente para decidir si prácticas como el Reiki merecen quedarse como son, mejorarse, o si de plano mejor ya es hora de darles “carpetazo” par dar paso a algo más avanzado.

Cuídense mucho y gracias por leerme , )


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